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Hans Magnues Enzensberger,

poesias cortas

 


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Hans Magnus Enzensberger

De "Poesías para los que no leen poesías" 1971

canción para los que saben

sabemos que hay que hacer algo inmediatamente
lo sabemos
pero naturalmente es demasiado pronto para hacerlo
pero naturalmente es demasiado tarde para hacerlo
lo sabemos

que realmente estamos bastante bien
y que así vamos a continuar
y que esto no sirve para nada
lo sabemos

que somos nosotros los culpables
y que  no es culpa nuestra que seamos culpables
y que somos culpables por ese mismo hecho
y que estamos hartos con ello
lo sabemos

que quizá no vendría mal callarse un poco
y que a fin de cuentas no vamos a callarnos
lo sabemos
lo sabemos

y que a nadie podemos ayudar verdaderamente
y que nadie verdaderamente puede ayudarnos
lo sabemos

y que somos tan inteligentes
y libres para elegir entre la nada y lo nulo
y que debemos estudiar este problema muy cuidadosamente
y que echamos dos terrones de azúcar en el té
lo sabemos

que somos enemigos de la opresión
y que los cigarrillos han subido de precio
lo sabemos

y que la nación se está metiendo en un tremendo lío
y que nuestros vaticinios se mostrarán ciertos
y que no sirven para nada
lo sabemos

y que todo esto es verdad
lo sabemos

y que sobrevivir no es todo sino muy poca cosa
lo sabemos

y que sobreviviremos
lo sabemos

y que todo esto no es nada nuevo
y que la vida es preciosa
y que eso es todo
lo sabemos
lo sabemos
lo sabemos perfectamente bien

y que lo sabemos perfectamente bien
eso también lo sabemos

1968

 De "Poesías para los que no leen poesías" 1971
Versión de Heberto Padilla

 

 

 

casa aislada 

                                      a günter eich

cuando me despierto
la casa está en silencio.
sólo se oyen los pájaros.
por la ventana no veo
a nadie. ningún

camino pasa por aquí.
ningún hilo en el cielo
ningún cable por tierra.
todo cuanto está vivo
reposa bajo el hacha.

pongo agua al fuego.
corto mi pan.
hago girar inquieto
el botón rojo
de mi pequeño transistor.

crisis del caribe... lava blanco
más blanco que el blanco...
listos a responder a la agresión...
that' s the way i love you...
fuerte alza de valores metalúrgicos...»

no cojo el hacha
no rompo el aparato.
y es la voz del terror que me serena,
que me dice:
aún estamos con vida.

la casa está en silencio.
yo ni siquiera sé cómo tender las trampas
o hacerme un hacha de pedernal
cuando la última cuchilla
se habrá enmohecido.

1962

De "Poesías para los que no leen poesías" 1971
 Versión de Heberto Padilla

 

 

 

el otro

él ríe
está preocupado
expone bajo el cielo mi cara y mis cabellos
hace salir palabras de mi boca
tiene dinero y miedo y pasaporte
y riñe y ama
y se mueve
y lucha

pero no yo
que soy el otro
el que no se ríe
el que no tiene cara que exponer al cielo
ni palabras en la boca
a quien desconozco y es un desconocido de sí mismo
no yo: el otro: siempre el otro
que no gana ni pierde
que no está preocupado
i ni se mueve nunca

el otro
que se es indiferente
de quien no sé nada
a quien nadie conoce
ni me conmueve
ese soy yo.

1962

De "Poesías para los que no leen poesías" 1971
 Versión de Heberto Padilla

 

 

 

la m...

oigo constantemente hablar de ella
como si fuera la culpable de todo;
pero observen qué suave y decidida
ella viene a sentarse debajo de nosotros
¿por qué entonces mancharle
su buen nombre
y prodigárselo
al presidente de los ee.uu.
a la guerra, a los policías,
 a los capitalistas?

¡qué transitoria es ella,
pero qué permanente
todo cuanto cubrimos con su nombre!
he llegado a creer
que estamos explotando
a esta pacífica condescendiente.
si la hemos estrujado y exprimido
¿sería ahora el turno de ella
de exprimimos la rabia?
acaso no nos ha confortado?

suave de consistencia
y singularmente no violenta
ella es sin duda de todas las obras del hombre
la más pacífica.

¿en realidad qué nos ha hecho ella ?

1970

De "Poesías para los que no leen poesías" 1971
 Versión de Heberto Padilla

 

 

 

poema sobre el futuro

aparecen dos hombres en un tractor
(chou en-lai está en moscú)
dos hombres en monos grises
(los premios nobel en frac)
dos hombres con varas finas
(medallas de oro en tokio)
en la cuneta entre hojas amarillas
(los guerrilleros muertos de viet nam)

entre hojas amarillentas
dos hombres en monos grises
levantan varas finas
una a la izquierda y otra a la derecha
cada cincuenta pasos 
varas oscuras en la luz de noviembre
(chou en-lai está en moscú)

dos hombres en monos grises
en la luz sesga de noviembre
huelen la nieve que cubrirá
hojas y hombres

y borrará el camino
hasta que no se vea más nada
menos cada cincuenta pasos
una vara a la izquierda y otra a la derecha
para que el quitanieves
encuentre su camino
allí donde el camino es invisible

1964

De "Poesías para los que no leen poesías" 1971
 Versión de Heberto Padilla

 

 

 

ráfagas

hay palabras
ligeras
como semillas de álamo

se levantan
llevadas por el viento
y vuelven a caer

difícil agarrarlas
porque se van muy lejos
como semillas de álamo

hay palabras
que más tarde quizás
removerán la tierra

proyectarán tal vez alguna sombra
una sombra delgada
o tal vez no

1962

De "Poesías para los que no leen poesías" 1971
 Versión de Heberto Padilla

 

 

 

separación

deja que se haga trizas
el cielo entre tú y yo,
que se haga trizas la bandera blanca
con que nos envolvimos en el sueño
suavemente injertados uno al otro
echando hojas futuras.

pero el lunes llegó.

quiero que llegue un viento
a borrar la verde memoria
de las coronas
y que llegue una nieve
y que se pierda el humo
encima de la casa
y que el cielo vomite
frías cenizas pacientes
y haga girar en torno a tu cabeza
y envuelva lentamente a la mía
esta nieve hecha trizas.

1958

De "Poesías para los que no leen poesías" 1971
 Versión de Heberto Padilla

 

 

 

De "Los elíxires de la ciencia" 2002

Conversaciones cada vez más cortas

«Bienaventurado aquel que no anduvo
en consejo de los sin Dios...»Â¹
Cámbiese con tacto el tema.

«El sentido de la vida...»
¡Penoso desliz!

«Se trata de revolucionar todas las condiciones
en las que el hombre
es un ser humillado...»Â²
Todos bostezan, se molestan, ríen.

Contra eso genomas a la medida,
inmortalidad en el disco duro-
¡Oh ciencia! ¡Éxtasis! ¡Eutanasia!
¡Somníferos que hacen milagros,
cuando el curso va al sótano!

¹ Salmos I. (N. del T)
² Karl Marx, Critica de la filosofta del derecho hegeliana, 1844. (N. del T)

De "Los elíxires de la ciencia" 2002
Versión de José Luis Reina Palazón

 

 

 

Instituto de investigaciones

Oh, profetas de espaldas al mar,
de espaldas al presente, oh, hechiceros
que observáis plácidamente el futuro,
oh, chamanes eternamente
recostados en la borda,
¡basta hojear un libro de bolsillo
para descubrir vuestros misterios!

Leyendo huesos, estrellas, ruinas, entrañas,
para beneficio público, todo lo que ha sido
y todo lo que será, ¡oh, ciencia!,
bendita seas tú y los rayos de luz que nos ofreces,
mitad alarde y mitad estadísticas: tasas
de mortalidad, límites de suministro de fondos,
la creciente entropía...

¡Adelante! Todas esas iluminaciones
del color del azufre son mejores que nada,
nos mantienen felices en las noches sofocantes
del verano: impresos sacados de la computadora,
muestreos, excavaciones, confidencias
basadas en el método de Delfos... ¡bravo!
¡Bendito sea lo provisional!
Por el momento queda bastante agua fresca,
la piel respira aún expectante,
se crispa tu piel, mi piel, incluso la vuestra,
nigromantes leñosos, respirad aún,
pese a la cuestión de la cátedra titular,
a las notas y las pirámides de empleo,
por ahora el final (una interminable catástrofe natural,
finamente repartida) no es aún definitiva,
¡vaya consuelo!

De ahí, mis queridos cómplices, que,
en tanto se pronostican icebergs frente a Terranova
y tormentas de verano en los cielos sulfúreos
de Europa Central, es mejor que abandonéis
vuestros institutos durante el fin de semana. Corred
a salvar la vida, o un pedazo de ella, algo interino,
sea cual fuere su significado, hasta el lunes;
incluso en el caso de que esta forma de actuar
no resulte conveniente
como base de vuestras predicciones.

Oh, amigos siempre sedientos de sabiduría,
qué lástima me dais, descansando en vuestras dachas,
en vuestras cabañas irlandesas, o en la isla de Korcula,
de espaldas al mar,
apagando plácidamente vuestros cerebros.
¡Adelante, y que vuestra antorcha nunca se apague
durante el juego de ping-pong! Os bendigo.
 

De "Los elíxires de la ciencia" 2002
 Traducción de Heberto Padilla,
 con la colaboración de Hans Magnus Enzensberger 
 y Michael Faber-Kaiser

 

 

 

 

Lo definitivo sobre cuestiones de certeza

Hay enunciados.
Hay enunciados que son verdaderos.
Hay enunciados que no son verdaderos.
Hay enunciados en los que no se puede decidir
si son verdaderos o falsos.
Hay enunciados en los que no se puede decidir
si el enunciado que no se puede decidir
si es verdadero o no,
es verdadero o no,
etc.

De "Los elíxires de la ciencia" 2002
Versión de José Luis Reina Palazón

 

 

 

Lo falso

Un amigo mío, Berlín Este, Leipziger Straβe,
Deutsche Akademie, hace poco que ha abierto
a la ciencia un campo absolutamente nuevo:
la lingüística de los errores. Sí,
ahí hay mucho que hacer.

Como profano no me puedo permitir ninguna valoración,
pero tengo la impresión
de que las faltas se multiplican:
ratones blancos, albinos con ojos rojos,
que trepan unos encima de otros,
sobre sillones y camas
y cada vez arrojan más ratones blancos.

Conversaciones en la ventanilla del banco,
opiniones sobre la banda de los cuatro,
líneas de conducta para el futuro del género humano.
Falsa conciencia, dicen los filósofos.
Si fuera sólo eso.

Frenar o acelerar,
pantalones con o sin dobladillos,
tu moral o la mía.
Quien se cree en derecho
ya está condenado.

Liberarse paleando de una montaña
de cada vez más mohosas palas,
con las puras manos -temo
que no tiene sentido. Todo al revés,
probablemente también esta frase.

Cuando se escuchan un tiempo
las propias palabras,
cómo zumban en la propia cabeza -
uno desea apretar los ojos
como un niño pequeño,
cerrarse los oídos
y sobre todo no decir nada más.
Pero esto sería falso.

De "Los elíxires de la ciencia" 2002
Versión de José Luis Reina Palazón

 

 

 

Lo simple que es difícil de inventar

¿Nada tengo en contra del microprocesador,
pero cómo estaríamos sin agua?
¿Qué es una sonda de Júpiter
comparada con el cerebro de una mosca?
¡Cómo se esfuerzan
esos ratones de laboratorio con la clonación!
Mucho mejor es follar.
¡Y el diente de león sobre todo,
cómo se lo monta: graciosa
elegancia insuperable!
Nunca en la vida,
queridos premios Nobel,
reconocedlo,
habríais inventado nada así.

De "Los elíxires de la ciencia" 2002
Versión de José Luis Reina Palazón

 

 

 

Modelo para una teoría del conocimiento

Aquí tienes una caja,
una caja grande
con una etiqueta que dice
caja.
Ábrela,
y dentro encontrarás una caja,
con una etiqueta que dice
caja dentro de una caja cuya etiqueta dice
caja.
Mira adentro
(de esta caja,
no de la otra)
y encontrarás una caja
con una etiqueta que dice...
y así sucesivamente,
y si sigues así,
encontrarás
tras esfuerzos infinitos
una caja infinitesimal
con una etiqueta
tan diminuta,
que lo que dice
se disuelve ante tus ojos.
Es una caja
que sólo existe
en tu imaginación.
Una caja perfectamente vacía.

De "Los elíxires de la ciencia" 2002
Traducción de Heberto Padilla,
con la colaboración de Hans Magnus Enzensberger 
y Michael Faber-Kaiser

 

 

 

Oda a nadie

Tu corazón humeante es testigo,
único rey, al viento
tu mirada a causa de la pena.
Eres el compañero del encantamiento,
esclarecido por muchos desiertos,
coronado por la desobediencia.
No estás moldeado por el tiempo,
ni salpicada de ceniza
está tu frente fiel.

Eres un espíritu sin lacra,
tu silueta es imponente,
eras, antes, más perfecto
que la raya grande y flotante,
más ungido, en tu brillo,
a mano con la muerte, rey.

Pero no te encuentras ni lejos ni temprano
o tarde, estás aquí.
Tu mirada recta cae
como nieve hecha de aire
y habita en arsenales,
va más allá de los observatorios
a las oficinas polvorientas de objetos perdidos, reposa
en mojados sótanos de cemento,
donde gritan de júbilo los asesinos, cae
sobre trombosis y mechas,
chasquea en los mataderos
y en las retorcidas refinerías
donde el gas hilarante se quema despacio, descansa
en las intrigas de las compañías de navegación
y roza los cometas,
los carcinomas de las altas finanzas,
descansa en las murallas del poder,
tras las cuales los capitales
laten a muerte, y las asedia,
hasta que tu mirada estremecida
frente al cielo, enmohecido
por paracaídas, cae.

Desconocida paseas,
hermosa Bö, de noche,
por Plaza España.
Tu reino regresa a ti,
cazador oculto, cristalino.
En tu magnanimidad,
igual que el inocente espárrago,
tu viva imagen, capturarás,
olvidarás el capital suscripto.

¡Tuyas son la fama y la venganza,
roca nunca importunada, compañero
del encantamiento, testigo secreto
y único! Tu pelo de viento
tu mirada constante se despliega
sobre tu viejo futuro reino,
y preserva en el humo
lo verdadero, en el viento.

De "Los elíxires de la ciencia" 2002
Versión de 
de Heberto Padilla