Logo cuentos manosalarte
manosalarte.com

hermanos Grimm cuentos en manosalarte.com

Inconvenientes de correr mundo
Un cuento de los hermanos Grimm

Una pobre mujer tenía un hijo que deseaba viajar y correr mundo. Díjole la madre:
- ¿Cómo quieres marcharte? No tengo dinero, ¿qué te llevarás?
Respondió el muchacho:
- Ya me las arreglaré. En todas partes iré diciendo: no mucho, no mucho.
Marchóse y estuvo bastante tiempo repitiendo siempre: "No mucho, no mucho, no mucho," hasta que encontró a unos pescadores y les dijo:
- ¡Dios os ayude! No mucho, no mucho, no mucho.
- ¿Qué dices, animal: no mucho?
Y, al sacar la red, efectivamente había pocos peces. Arremetió uno de los pescadores contra él, armado de un palo, diciendo:
- ¡Voy a medirte las costillas! - y la emprendió a estacazos con él.
- ¿Qué tengo que decir, pues? - exclamó el mozo.
- ¡Que pesquéis muchos, que pesquéis muchos!, eso es lo que debes decir.
Siguió el muchacho andando, y repitiendo una y otra vez: "Que pesquéis muchos, que pesquéis muchos." Al poco tiempo llegó ante una horca, en la que había un pobre ladrón al que se disponían a ahorcar. Y exclamó el mozo:
- Buenos días. ¡Que pesquéis muchos, que pesquéis muchos!
- ¿Qué dices, imbécil? ¿Aún ha de haber más mala gente en el mundo? ¿No basta con éste?
Y recibió unos palos más.
- ¿Qué debo decir, entonces?
- Debes decir: "Dios se apiade de esta pobre alma."
Alejóse el muchacho, siempre repitiendo: "¡Dios se apiade de esta pobre alma!." Y poco después se encontró junto a un foso, en el que un desollador estaba despellejando un caballo. Dice el joven:
- Buenos días. ¡Dios se apiade de esta pobre alma!
- ¿Qué dices, estúpido? - replicó el desollador, largándole con su herramienta un trastazo en el pescuezo que le hizo perder el mundo de vista.
- ¿Qué debo decir, pues? - preguntó el infeliz.
- Debes decir: "¡Al foso con la carroña!."
Y el muchacho siguió adelante, sin cesar de repetir: "¡Al foso con la carroña!." He aquí que se cruzó con un coche lleno de viajeros y dijo:
- Buenos días. ¡Al foso con la carroña!
Y dio la casualidad de, que el carruaje volcó en un foso. El cochero agarró el látigo y, emprendiéndola a latigazos, dejó al muchacho tan mal parado, que no tuvo más remedio que regresar, casi a rastras, a casa de su madre. Y desde entonces se le quitaron para siempre las ganas de viajar.





Biografía
Los hermanos Grimm, Jacob Grimm (1785-1863) y su hermano Wilhelm (1786-1859) nacieron en Hanau, Hesse (Alemania). A los 20 años de edad, Jacob trabajaba como bibliotecario y Wilhelm como secretario de la biblioteca. Ambos catedráticos de filología alemana, ya antes de llegar a los 30 años habían logrado sobresalir gracias a sus publicaciones y cuentos.
Conocidos sobre todo por sus colecciones de canciones y cuentos populares, así como por los trabajos de Jacob en la historia de la lingüística y de la filología alemanas, eran los dos hermanos mayores de un total de seis, hijos de un abogado y pastor de la Iglesia Calvinista.
Siguiendo los pasos de su padre, estudiaron derecho en la Universidad de Marburgo (1802-1806), donde iniciaron una intensa relación con C. Brentano, quien les introdujo en la poesía popular, y con F. K. von Savigny, el cual los inició en un método de investigación de textos que supuso la base de sus trabajos posteriores. Se adhirieron además a las ideas sobre poesía popular del filósofo J.G. Herder.
Entre 1812 y 1822, los hermanos Grimm publicaron los Cuentos infantiles y del hogar, una colección de cuentos recogidos de diferentes tradiciones, a menudo conocida como Los cuentos de hadas de los hermanos Grimm. El gran mérito de Wilhelm Grimm fue el de mantener en esta publicación el carácter original de los relatos. Siguió luego otra colección de leyendas históricas germanas, Leyendas alemanas (1816-1818). Jacob Grimm, por su parte, volvió al estudio de la filología con un trabajo sobre gramática, La gramática alemana (1819-1837), que ha ejercido gran influencia en los estudios contemporáneos de lingüística.
Fueron profesores universitarios en Kassel y Göttingen. Siendo profesores de la Universidad de dicho lugar, los despidieron en 1837 por protestar contra el rey Ernesto Augusto I de Hannover. Al año siguiente fueron invitados por Federico Guillermo IV de Prusia a Berlín, donde ejercieron como profesores en la Universidad Humboldt y como miembros de la Real Academia de las Ciencias.

Analia Tubarí y Samba Gana

Cómo la sabiduria se esparció por el mundo

El arbol que hablaba

El chico y el cocodrilo

El monstruo del lago

El orden de las páginas

El señor Wolo y el señor Kuta

Faray y el viejo cocodrilo

Historia de Rabotity

La comadreja y su marido

La madrastra y la niña

Las semillas de la discordia

Las aventuras de Sowe

Los gemelos con una sola cabeza

Seetetelané

Sona Mariama

Las aventuras de Sowe

manosalarte.com