Poesías Cortas,


de Ramón de Almagro

 



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Biografia Gustavo Adolfo Bécquer



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Colección de Rimas



Quince poemas Adolfo Gustavo Bécquer








 

EL VELERO BLANCO

Desde que era niño siempre tuvo un sueño,
se lo dio un barquito hecho de papel,
y fue desde entonces que quiso ser dueño 
de un velero blanco y bogar en él,
no por los paisajes de un mundo lejano 
cubierto por islas de hermoso coral
él solo soñaba sentarse en su barco 
y por una brisa dejarse llevar.

Al pasar el tiempo se quedó en un sueño
como tantos sueños, su sueño de mar 
nunca dijo nada, pues siempre temía
que si alguien sabía se fuera a burlar.

Hoy que ya está viejo, y nadie le ofrece 
por sus pocas fuerzas un trozo de pan,
agarra la silla, esa que se mece,
y se va hasta el patio, buscando soñar,
en la vieja silla se siente en el barco, 
cerrando los ojos escucha la mar
y hasta hay una brisa...
que baja a sus labios
olas muy pequeñas... 
con sabor... 
a sal...



MI POEMA DE ABRIL

Picoteando la cáscara
de algún viejo recuerdo
con la lluvia de Abril 
nacerá mi poema
le pondré mil colores
los más puros y claros
una música tenue 
y un perfume de nardos.

Como una luciérnaga 
brillará titilando
y se irá por los aires
escapando de mi alma
se estirarán mis manos
sin poder alcanzarlo,
se quedarán mis labios
como siempre rogando:

Que una estrella lo guíe 
que lo lleve a tu lado,
pues si tú lo encontraras, 
y llegas a escucharlo
mi poema de Abril
quizá viva... hasta Mayo.



TU ESPALDA 
(Dedicado a mi esposa Doña Elsa)

Tu espalda es mi descanso, mi sosiego,
es la calma después de haber amado,
tu espalda es un refugio donde llego
a lamer mis heridas angustiado.

Tu espalda es taller de mi poesía
en las noches que paso desvelado,
tu espalda tiene el fin de cada día,
es el sueño y un beso ya cansado.

Y si todo se me hace cuesta arriba,
si la vida se ensaña con mi vida,
más que nunca, tu espalda es necesaria,

Pues si es dura la mano del destino,
tu espalda es el altar donde me inclino
para llegar a Dios... con mi plegaria.



NIÑA DE LA ARENA

Niña que en la arena te encontré llorando,
con un llanto blando, tu primer amor,
orgullo de niña que se hallaba herido,
tal vez un motivo, que nunca existió.

Por algo que él dijo o no sé que cosa
tu boca de rosa se te marchitó.
y aquellos pucheros, los que se habían ido,
vuelven del olvido a llorar tu amor.

De un mundo de mimos salís a la vida,
y aquí, 
no hay quien cuida de algún moretón,
ya viene la noche niña de la arena
recoge tu pena, mañana...
mañana habrá sol.



RONDA PARA MALVA

Esa niña, aquella, de los ojos claros, 
la que llaman Malva, 
la de pies desnudos, y a veces sangrando,
no tiene apellido.

Entre los cartones donde ella ha nacido
nunca sobra nada,
y menos monedas para un colectivo,
y... no la anotaron.

Su madre... Su madre ha buscado, 
entre los recuerdos, unos ojos claros, 
unos ojos claros o algo parecido.
Pero tan oscuro siempre fue el amor.
Sólo por las noches se le han acercado 
siempre atropellados 
pidiendo el favor, 
y luego se fueron 
como habían llegado,
siempre apresurados, 
sin decir adiós,

Y esa niña, aquella, 
la que llaman Malva,
la de pies desnudos y sin apellido,
a todos nos mira, como preguntando:
¿Estos ojos claros,
estos ojos claros
de donde
han venido?



ME PREGUNTO 
(Soneto II )

Que se dirán, amor, esas veredas
Que nos vieron pasar juntos del brazo
Que se dirán, amor, hoy que nos queda
Llevar entre los dos nuestro fracaso.

Que se dirán, amor, aquellos árboles
Que marcamos con tantos juramentos
Que se dirán si oyen nuestras voces
Discutiendo llevadas por el viento.

Que se dirán, amor, esas estrellas
Que se dirán al ver nuestras querellas
Que se dirán, ya sé... no dirán nada.

Amores tan deshechos como el nuestro
Se ven tantos, amor, que por supuesto,
Las estrellas ya están... acostumbradas



LA NIÑA DEL LAGO 

La niña sentada a orillas del lago, 
Leyendo poesía de su libro Azul,*
Te muestra que todo, no está tan cambiado,
Están los que sueñan, lo mismo que tú.

Son los que leyendo de un mundo de ensueño,
Mundo de romance, reino del amor, 
Sienten que ellos pueden también ser los dueños
De esos sentimientos que brinda el autor.

Sueñan ser amados como en la poesía,
Por seres perfectos de muy suave voz,
Que al hablar envuelven con la melodía
Que solo se escucha cuando habla el amor.

La niña del lago levanta los ojos,
Viendo que la tarde ya casi pasó, 
Leyendo poesía se le hizo tan corta,
Que dubitativa... mira su reloj.

Con pena, suspiros, recoge sus sueños,
Los guarda entre hojas de su libro Azul,*
Y por un sendero se nos va corriendo,
Ha vuelto este mundo, de tanta inquietud.



OLVIDO

Tú puedes olvidar y los recuerdos
Se pegan a mi piel como un castigo

Tú puedes olvidar, yo sólo vivo
Añorando el querer que se ha perdido

Tú puedes olvidar y en cada noche 
Mil vueltas siempre doy buscando olvido

Tú puedes olvidar, cómo quisiera
Olvidar como tú... sin un suspiro.



PÁGINA EN BLANCO

... y me vuelco a una página en blanco,
a llenar los renglones vacíos...

...a tratar de formar con palabras,
el poema que venza tu hastío...

... el que logre llevar a tus ojos 
unas gotas de suave rocío ...

...el que arranque por fin de tus labios
un susurro que suene a suspiro...

... el que pueda poner en tu pecho
algo de esto que hoy late en el mío...



ME HAN TIRADO UN BESO ESTA MAÑANA

Me han tirado un beso esta mañana,
me lo enviaron los labios de un niño,
y tú sabes cuanta sed hay en el alma,
de una simple muestra de cariño.

Me han tirado un beso esta mañana,
y mira como influyen estas cosas,
que mi aburrido día de semana,
de golpe... se pobló de mariposas.





















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